El gobernador del estado envió al Secretario de Gobierno Eduardo Ramírez Aguilar para representarlo durante el primer informe del diputado priísta Neptalí del Toro en la costa del estado y también en la capital chiapaneca con el alcalde Samuel Toledo, dos eventos políticos y en los municipios más importantes de la entidad que revelan distancias y acercamientos electoral futuristas...
el primero se trata de un priísta más cercano a Manuel Velasco que a su “dirigente partidista” Roberto Albores Gleason, y el segundo un POCHISTA heredado por el Sabinismo pero como buen Camaleón va cambiando de piel y color de acuerdo a la utilidad electoral y del poder que conviene a sus intereses; pero en fin, cada quien su gusto y su color, el caso es que en medio de todas estas “tonalidades ideológicas” y de una asfixiante atmósfera social Eduardo Ramírez Aguilar se da tiempo en demostrar que le sobra gran habilidad para mover los hilos de la política interna, ni la crisis del magisterio sindicalista, ni el dilema por aplicar la leyes y restituir el estado de derecho a la sociedad en la que nos desenvolvemos, ni alguno que otro enfrentamiento bélico que brota en la zona indígena, ni mucho menos los torpedeos políticos del fuego amigo y enemigo son grandemente suficientes como para frenar el camino del trabajo gubernamental, ni tampoco el político, los mensajes son claros y contundentes, tal vez por eso muchos priístas comienzan a marcar distancia con el aún presidente de partido; entre mas distantes de Roberto Albores Gleason mejor pues el tufo a la derrota se siente cera de él; Manuel Velasco tiene planes para el PRI pero sin el clan Albores dentro; al menos eso es lo que se pudo leer entre líneas después que Eduardo Ramírez Aguilar personificó el poder Ejecutivo en dos de los municipios más importantes del estado, Tapachula y Tuxtla Gutiérrez
