21 septiembre, 2013

Las fallas de Protección Civlil
La magnitud  del desastre en Guerrero y otros estados del país es bastante preocupante dado a que se han tenido que contabilizar decenas de  pérdidas humanas y también materiales; según dicen,   mucho de lo que sucedido se pudo evitar si las autoridades de Protección Civil hubiesen complementado el trabajo preventivo;
con todo y que la llegada de las  tormentas se anunciaron con mucha antelación no se hicieron las evacuaciones anticipadas, tampoco se advirtió a los turistas del riesgo que corrían al visitar el destino turístico de Acapulco, mucho menos se acondicionaron albergues, en fin,  nos agarró desprevenidos y todo se “improvisó” a la hora del mero golpe; no se trata tampoco de buscar culpables, contra Dios y la naturaleza nadie dice el refrán;  pero no esta demás considerar esta  nueva lección que nos deja el desastre; cuando se anuncian tormentas y tempestades hay que tomar muy en serio la advertencia, tanto ciudadanos y gobierno  debemos participar en todo lo que se necesite para lograr que éstos fenómenos naturales ocasionen el menos daño posible, sobre todo humano ya que la pérdida de una vida no tiene reposición;  si reconocemos que  los seres terrestres somos bastante vulnerables ante tales circunstancias podríamos cambiar el rumbo llevando a cabo acciones que puedan reducir la cantidad y la gravedad de los desastres naturales, ¿Cómo?, aceptando que las  causas que dan origen a los desastres es el cambio en las placas tectónicas y el cambio en el clima, es decir, los cambios mismos de la naturaleza, pero también  las actividades antinaturales que tiene el hombre en su desarrollo han traído que el clima cambie pero de manera descontrolada. Por eso, es de vital importancia dejar de atentar contra la naturaleza, plantando árboles, reduciendo contaminación,  dejar de forrar con concreto el planeta,  pareciera incongruente pero poco a poco las grandes urbes de cemento le van ganando espacio a la tierra,  buena parte de ella ya no se refresca o moja durante los períodos de humedad; en fin, son múltiples las acciones de conciencia ecológica que se encuentran disponibles para  contrarrestar nuestra propia extinción, sin perder de vista que igualmente debemos estar preparados para el siguiente desastre natural que se aproxime,  cuando los monitoreos dicen agua y viento ¡va! hay que salir corriendo hacía donde haya buen resguardo; las autoridades de Protección Civil de la misma forma deberán redoblar el paso, no sólo informando lo que viene, sino previniendo, adecuando y acondicionando espacios con bastante anticipación para que las evacuaciones cumplan cabalmente su función. Esta vez, Protección Civil le toca poner sus barbas a remojar pues las tormentas y tempestades de último momento los agarraron como el Tigre de Santa Julia.