Maestros y maestras de Chiapas, hoy los saludo para expresarles mi profundo respeto a su movimiento social, sin embargo es necesario precisar algunos actos que vulneran y perjudican la vida de terceros.
En esta lucha que ustedes han emprendido entiendo la molestia que puede ocasionarles la Reforma Educativa, puedo entender el sufrimiento debido a las inclemencias de los fenómenos hidrometeorológicos y climáticos a los cuales se han enfrentado en estos días en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez.
Lo que no puedo entender es que esa molestia e impotencia sea motivo para perjudicar a la sociedad, sólo por citar algunos sectores el transporte público, las ambulancias que prestan el servicio médico, las patrullas que están dispuestas a defender el patrimonio de las familias chiapanecas y la vida normal de cualquier ciudadano que se transporta de un lugar a otro para elaborar sus actividades. Eso no lo entiendo, ni mucho menos es una actitud aprobable.
Por eso les manifiesto que la voluntad de diálogo que ha mostrado el Gobierno del Estado a través de sus enlaces seguirá siendo un canal de comunicación efectivo.
Pensar que la Reforma Educativa puede resolverse en una mesa de negociación nacional resulta poco probable; ante ello nuevamente los invito para que a la brevedad instalemos una Mesa de Diálogo que nos permita transitar en el marco de una nueva legislación federal y aprovechar la voluntad política y democrática que encabeza el nuevo Gobierno, para avanzar y ponernos de acuerdo en la garantía de sus derechos laborales y de esa forma salvaguardar los derechos de las niñ@s y jóvenes estudiantes de Chiapas.
Si bien es cierto que el Gobierno del Estado ofrece diálogo y más diálogo ante los problemas que generen un conflicto social, también es cierto que esos tiempos se agotan y ante la falta de voluntad para llegar a acuerdos, el Gobierno en todo momento aplicará el estado de Derecho, respetando los derechos humanos, pero haciendo uso de las facultades legales y constitucionales que las normas jurídicas nos otorgan sin exceder nuestras facultades, pero con la clara determinación que en Chiapas un movimiento social de esta naturaleza no va a irrumpir la tranquilidad y el orden social de nuestra entidad.
Queremos que los maestros regresen a las aulas, queremos y estamos obligados a respetar sus derechos laborales, queremos que nuestras nuevas generaciones tengan un mejor horizonte de oportunidades educativas, que puedan enfrentarse a una vida laboral digna y bien remunerada.
Que este sea el momento de unir nuestras coincidencias y no mañana lamentemos la irresponsabilidad de los actores políticos y sociales que no supieron ponerse de acuerdo.
Que estos motivos sean de unión y de coincidencia, donde Chiapas sea el principal ganador.
