03 septiembre, 2014

Sería mejor doña Próspera que "Prospera"

El Presidente de la República Enrique Peña Nieto dio los santos óleos a OPORTUNIDADES durante su segundo informe de actividades y rebautizó el programa en “PROSPERA”; seguramente el cambio de nombre e identidad del programa aparte de adicionarle algunos beneficios, no es más que el surgimiento de una nueva “marca” que identificará a partir de hoy a la familia política en el poder, para muchos entendidos “PROSPERA” es la continuidad del Programa de Solidaridad Nacional PRONASOL creado durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari y que en el presente ampliará el padrón de beneficiarios fusionando vínculos con los demás programas federales para no andar duplicando oficios y beneficios, ojalá que este asunto no sólo quede en el cambio de nombre con propósitos de mayor control y manipulación política y hasta electoral, porque lo que se requiere realmente es que estos apoyos ayuden a sacar de la pobreza y de la “improductividad” a una buena parte de la sociedad en la que nos desenvolvemos, no se necesita órganos de evaluación y grandes estudios para darse cuenta que hasta hoy día el programa ha tenido muy pocos logros y demasiados errores, la mayoría coincide en que promueve la “holgazanería”, sobre todo en familias de hijos abundantes a las que bimestralmente se le otorgan amplios recursos económicos para su manutención, de esta forma desobliga a los padres a cumplir con sus responsabilidades más elementales y por consecuencia se alejan de la productividad nacional, lo peor de todo, en casos debidamente documentados, eleva índices de alcoholismo y violencia intrafamiliar porque los apoyos van a parar a los depósitos, cantinas, el “sancho” y en el mejor de los casos al pago de deudas adquiridas en los negocios de la clase política y del poder, como son Elektra, Banco Azteca, entre otras voraces casas de empeño que al final de cuentas son quienes se quedan con la mayor parte del presupuesto, por eso, es apremiante que con el cambio de nombre también lleguen nuevas reglas para evitar que esto siga sucediendo, hay que insistir en poner “candados y controles” para que las beneficiarias terminen siendo personas emprendedoras y no víctimas de los malos intereses, para entonces el programa en lugar de ser “PROSPERA” se puede convertir en doña “PRÓSPERA”. Y de esta forma podríamos creer que la pobreza y la miseria se andan despidiendo del país.